Monday, February 20, 2006

I Contra la amnesia

Necesitamos olvidar y, sin embargo, heme aquí, volcándome en escritura para evadirme a este dolor, a esta gran desazón por nuestro pasado, presente y futuro perdidos. Todas nuestras ilusiones fueron quebrantadas cuando los tambores de la guerra resonaron hasta el último rincón de la Tierra. Desde entonces, nuestro futuro quedó cancelado, nuestro pasado, cercenado, y nuestro presente, incierto.

¿Cuánto tiempo pasará para restañar las heridas de la gran guerra? ¿Cuánto más para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos puedan volver a creer en algo o en alguien? Sin duda, habrá muchas oportunidades para renacer de estas cenizas, pero el viento de la desesperación ya ha arrasado con nuestros deseos, dejándonos tan sólo briznas de esperanza.

Dolor y angustia. Aflicción y espanto. Sin embargo, estoy escribiendo para recuperar la memoria, para que ustedes, hijos míos, no vuelvan a morir en aras de lo que no conocen. Para que vivan sus vidas sin más preocupación que el diario sustento. Que esta calcinante duda no los abrase, mis amados. Yo estoy demasiado viejo para desentenderme del todo. Ustedes habrán acaso escuchado mis palabras y, si alguna de ellas hace el eco suficiente, comprenderán porqué les pido, les ruego encarecidamente que luchen, ¡luchen contra la amnesia!

Tiago